En la actualidad, la Inteligencia Artificial (IA) se está utilizando cada vez más en el proceso de contratación de personal. Y aunque puede ser una herramienta útil para la selección y contratación de candidatos, también hay riesgos de que la IA perpetúe la discriminación en el lugar de trabajo. En este artículo, exploraremos cómo la IA puede prevenir la discriminación en las contrataciones.
La discriminación en el proceso de contratación es un problema real. Los empleadores pueden discriminar a los solicitantes de empleo por razones diferentes, como la edad, la raza, el género o la orientación sexual. La discriminación puede ser intencional o no intencional, y puede ocurrir en cualquier etapa del proceso de contratación, desde la publicación de la oferta de empleo hasta la selección final del candidato.
A medida que más empresas utilizan la IA en su proceso de contratación, hay una preocupación creciente de que esta tecnología pueda perpetuar la discriminación. Si se entrena a los algoritmos con datos históricos que reflejan la discriminación, la propia IA puede perpetuar esas desigualdades. Por ejemplo, si una empresa contrató principalmente a hombres jóvenes en el pasado, el algoritmo de la IA puede aprender que los hombres jóvenes son más aptos para el trabajo, lo que puede poner en desventaja a otros candidatos.
A pesar del riesgo de discriminación relacionado con la IA, también hay formas en que esta tecnología podría ayudar a prevenir la discriminación en el proceso de contratación. A continuación, se presentan algunas de las formas en que la IA puede ayudar a prevenir la discriminación:
Aunque la IA puede tener el potencial de perpetuar la discriminación en el proceso de contratación, también puede hacer que los procesos de selección sean más eficientes, reducir la discriminación y mejorar la diversidad en el lugar de trabajo. Para garantizar que la IA no perpetúe la discriminación, es necesario una gestión adecuada y una supervisión continua de la tecnología. En lugar de depender exclusivamente de la IA en el proceso de contratación, es fundamental que las empresas combinen el poder de la tecnología con una implicación activa y consciente de las personas que dirigen y participan en dicho proceso.